Carnaval 2021: una prueba para la ciudadanía mazatleca

Por Fernando Alarriba

Quizás, como nunca antes, el domingo 6 de diciembre de 2020 el Carnaval definirá la vida pública del puerto: Luis Guillermo “El Químico” Benitez Torres, alcalde de Mazatlán, realizará una consulta ciudadana que le dará a los patasalada la facultad de decidir si, pese a la Pandemia del COVID-19, el Carnaval Internacional de Mazatlán 2021 debe o no realizarse.   

Es incuestionable que, en más de 100 años de historia, la ciudad y la identidad porteña han sido moldeados por los numerosos y variados acontecimientos que surgen durante los seis días de fiestas que convulsionan a la “Perla del Pacífico”. Pero esta consulta ciudadana, esta rarísima antesala a la edición 123 de nuestra máxima tradición, trasciende al Carnaval como expresión cultural: esta consulta nos brinda la posibilidad de entendernos y redefinirnos como sociedad.

Sí, todo parece indicar que será el pueblo quien decidirá si para el 2021 habrá nuevas soberanas, si los fuegos pirotécnicos iluminarán las Olas Altas durante el Combate Naval, si se generará la importantísima derrama económica que toda la ciudad ansía (en 2020 ésta superó los 650 millones de pesos) y si los patasaladas agregarán una página más a su historia de confeti y papel maché. 

Todo esto y mucho más viene con el Carnaval. Pero, desde el mes marzo, cinco meses antes de que se diera a conocer que en 2021 la fiesta llevaría el nombre de “Lanao: un viaje por el tiempo”, ésta ya tenía un invitado especial, uno que ha marcado la historia de la humanidad: el COVID-19, y este domingo los mazatlecos y mazatlecas deberán decidir si le abren de par en par las puertas a sus comparsas de contagios y muertes.

Lo anterior suena tremendista, pero este contexto es el que ha suspendido la celebración de las fiestas carnavaleras más importantes del mundo (Río de Janeiro, Nueva Orleans, Venecia, Veracruz, etc.) y qué decir de otros eventos de trascendencia global como los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 que, de momento, fueron reprogramados para los meses de julio y agosto del próximo año.

Luis Guillermo “El Químico” Benitez.

Si consideramos lo anterior, parece que “El Químico”  no quiere asumir el peso de la responsabilidad que su puesto le confiere (representar al pueblo que lo eligió para tomar decisiones) y es sólo por esta razón que el primer edil aceptará la voluntad de la ciudadanía siendo que, a lo largo de toda su administración, se ha mostrado orgulloso y obstinado en que cada decisión, cada acierto, desacierto o disparate, emane directamente de él.

“(…) que no lo decidan las autoridades, que lo decida la ciudadanía, de tal forma decirles, si ustedes así quieren, vamos a ser todos corresponsables de lo que pueda suceder en el Carnaval”, declaró en una nota publicada por Adriana Carlos en “Milenio” el 30 de noviembre.

Traducción: si se incrementan exponencialmente los casos de contagios, y las muertes, y todo esto nos lleva a cerrar negocios e imponer nuevas restricciones …acuérdense que ustedes quisieron.

Con la finalidad de maquillar este lavado de manos se creará una consulta ciudadana, un “ejercicio democrático” que dibuja la intención de Benitez Torres de copiar el estilo del presidente López Obrador: basarse en encuestas informales, y a modo, para tomar decisiones que pretenden emanar de la voluntad del “pueblo”, esa abstracción que solamente gobierna en los discursos del presidente de México.

Y hablo de consulta a modo porque se realizará de forma restringida y sesgada, ya que únicamente se emitirán 30 mil boletas y habrá seis módulos instalados en colonias populares y sindicaturas. Además, los organismos responsables de la consulta serán la Dirección de Bienestar y Desarrollo Social (que colaborará con su realización) y el Instituto Municipal de Cultura, Turismo y Arte de Mazatlán (que será la entidad responsable del conteo de los votos).

¿Quiénes votarán y quiénes contarán los votos? ¿A qué criterios se está sometiendo esta consulta? Es bien sabido que el Carnaval siempre ha sido nutrido por los ánimos de las clases populares, pero también, que el Carnaval es el gran engordador de arcas y bolsillos de nuestras clases dominantes (políticos y empresarios) ya que los recursos se manejan de forma poco escrupulosa.

Parece que con esta consulta estamos entre la espada y la pared, pero, qué es más grave: ¿la irresponsabilidad de “El Químico” por no tomar una decisión clara y sensata?; ¿o el empeño sistemático del pueblo mazatleco de romper (desde que se reabrieron las playas del puerto en el mes de junio) todas las medidas sanitarias con fiestas, reuniones y aglomeraciones en espacios públicos? 

Es fácil escandalizarse y lapidar al alcalde por su falta de carácter (que se acentúa si consideramos que tiene la intención de dejar su puesto el 15 de diciembre para aspirar a los comicios del 2021); pero no es necesaria una consulta para reflexionar sobre quiénes hemos sido durante esta pandemia: porque el pueblo (“sabio” y “bueno”, para algunos) también puede ser estúpido, irresponsable y autodestructivo para desafiar toda norma, e incluso, todo acto de autopreservación. 

Basta con pasear los fines de semana por el malecón para observar cómo una inmensa mayoría ha decidido plantearse una nueva normalidad bajo sus propios términos y acabar con restricciones sanitarias, potenciar riesgos de contagio, resignarse a las pérdidas económicas y humanas y establecer una especie de “inmunidad mental” que permita recuperarse del terrible golpe que la pandemia asestó al puerto y esto ha predominado en prácticamente todos los sectores sociales.

Por estas y otras razones, insisto, este domingo 6 de diciembre la consulta ciudadana va mucho más allá del Carnaval: le estaremos diciendo al mundo cuáles son nuestra prioridades, cómo entendemos la vida; pero, sobre todo, estaremos ante la rarísima oportunidad de demostrar que, como ciudadanía, podemos ponernos por encima de los vicios y lastres de nuestra clase política: de su ignorancia, de su desdén, de su prepotencia y arrogancia ante la responsabilidad que les delegamos: tomar decisiones que apuesten por el bien común.

¿Cuándo volveremos a tener una oportunidad igual? ¿Cuándos volverán a consultarnos sobre lo que es importante para la ciudad? No nos preguntaron sobre si era o no necesaria la ampliación de la ciclovía que tanto conflicto provocó en días pasados; no nos preguntaron (ni lo harán) si el malecón necesita o no una nueva “manita de gato” que generará caos vial por meses y manoteos de dinero a carretadas. Nadie nos preguntará si Mazatán necesita o no una planta de tratamientos de residuos que generará un terrible impacto ambiental a través de la incineración de desechos. No, tampoco nos preguntarán sobre qué hacer cuando elementos de la policía municipal se comporten como criminales o cuando un político viole las leyes en aras de su enriquecimiento.

Este domingo los 30 mil ciudadanos que voten no sólo decidirán si habrá o no Carnaval en 2021. Ellos y ellas demostrarán qué tipo de decisiones somos capaces de tomar cuando el poder que tanto exigimos está en nuestras manos, aunque sea en este ejercicio de democracia simulada que, esperemos, se maneje de forma transparente.

Close Bitnami banner
Bitnami